JALISCO. Usar a la policía del Municipio para darle seguridad al crimen organizado, prestar maquinaria del Ayuntamiento y estar en la nómina del CJNG fueron las acusaciones que la Fiscalía General de la República hizo en contra de José Ascensión Murguía Santiago, ahora ex alcalde de Teuchitlán.
Su audiencia se celebró el viernes y, después de casi 10 horas de debate, la jueza determinó vincularlo a proceso por delincuencia organizada con la agravante de ser funcionario.
De acuerdo con los fiscales federales, José Ascención no solo era un facilitador, sino que era pieza clave en la operación de los narcorranchos Izaguirre y La Vega.
«Permitió el libre tránsito de gente armada, aportaba capital humano para vigilancia y recibía dinero como pago», argumentó la FGR. También se afirmó que el acusado prestaba una retroexcavadora, propiedad del Ayuntamiento.
De acuerdo con la FGR todos estas afirmaciones están sustentadas en los testimonios de testigos protegidos.
Una a una, la jueza fue enumerando las razones por las que no debía quedar sin vinculación a proceso, como lo solicitaba la defensa.
A pesar de que se quiso establecer que durante marzo a junio de 2024 Murguía era «un ciudadano más» en Teuchitlán y no tenía ningún poder, por ser candidato a la Alcaldía y estar con licencia al cargo, dos testigos aseguraron haberlo visto en el Rancho Izaguirre en mayo.
Cuando los abogados de Murguía intentaron desestimar los datos aportados, alegando un desequilibrio, pues «solo eran cuatro testigos» de 100 datos de prueba, la juzgadora les recordó que se trataba de víctimas directas y que sus historias coincidían en tiempo y fechas, por lo que eran válidos.
Además, acotó que los testigos presentados por Murguía estaban basados en opiniones.
En cambio, por ejemplo, uno de los testigos citados por la FGR dio información sobre dos ocasiones en que él entregó al acusado el dinero de su pago y otro narró cómo escapó una noche y pidió ayuda a una patrulla municipal, pero los policías lo entregaron de nuevo en el rancho.
También se reveló cómo fue que víctimas llegaron al rancho en contra de su voluntad. Uno fue privado de la libertad, dos fueron atraídos con falsas ofertas de empleo y otro fue llevado contra su voluntad por policías de Tala.
Otro dato que se reveló es que José Ascensión presuntamente autorizaba permisos para portar armas a personas que no tenían funciones de seguridad, como un bombero y un chofer.