VILLA DE COS. “Promesa cumplida, hoy regresas a casa”, se lee en la corona de flores que cubrió el ataúd de Ángel Yabeth, quien volvió a su hogar en Villa de Cos después de casi seis años de que su madre lo buscó incansablemente.
El joven de 14 años sufrió una doble desaparición. Una, junto con tres de sus amigos: Ismael, Héctor y Octaviano, el 6 de julio de 2019 por manos de criminales. Otra por las autoridades, las que hallaron sus restos en una fosa clandestina en 2021 y lo mantuvieron cuatro años sin identificar en el Servicio Médico Forense (Semefo).
Lo anterior, pese a que su familia denunció su desaparición y la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) le tomó muestras de ADN para saber si entre los cuerpos que tenía en resguardo estaba el del adolescente.
UN REENCUENTRO Y UNA DESPEDIDA
Ángel Yabeth volvió a su hogar y fue velado la noche del viernes, para al día siguiente recibir una misa de cuerpo presente en la parroquia del pueblo.
Con la caída del Sol avanzó a paso lento el cortejo fúnebre. Ana Isabel, carga la foto de su hijo, como si lo sujetara a él. La familia es acompañada por sus parientes, amigos y vecinos. Ni el agobio del calor ni el cansancio del camino pesa después de vivir casi seis años con el dolor de no saber de la suerte del adolescente.
El Sol comenzaba a ocultarse en el municipio del semidesierto zacatecano. El ataúd lo ubicaron al centro de la capilla de descanso del panteón, a sus pies un crucifijo y encima la fotografía de Ángel, con su rostro infantil y vistiendo su uniforme escolar.
Frente al féretro, arrodillados, se coloca su madre Ana Isabel y sus familiares. Es un reencuentro y una despedida antes de sepultar al adolescente. Mientras un par de mujeres terminan la última estrofa de los cantos entonados durante el camino.
Los sollozos de los acompañantes al funeral rompen con el silencio sepulcral. La madre y sus familiares parecen no poder llorar más. El dolor se ve en los rostros desencajados y las miradas sin brillo. En tanto, con voz entrecortada una mujer decía: “Gracias por acompañarnos a despedir a mi nieto”.
Entre cuatro hombres cargaron el ataúd, el que descendió a la tumba al mismo tiempo que el Sol se ocultó por completo.
Ángel ya descansa en cristiana sepultura, pero todavía faltan por encontrar a sus tres amigos: Ismael, Héctor y Octaviano.
LE DESTROZAN EL CORAZÓN
Después de cinco años y 10 meses de buscar a su hijo sin descanso, participando en las acciones emprendidas por el colectivo Buscadoras Zacatecas, Ana Isabel recibió este viernes una llamada telefónica desde la FGJE con una respuesta, pero…no era la que esperaba.
Una agente, quien dijo llamarse Reina, le soltó sin miramientos la noticia: confrontamos su perfil genético y dio compatible con un cuerpo encontrado en reducción esquelética, en una fosa clandestina en 2021 en una ranchería de Villa de Cos. La madre quedó con el corazón destrozado, narraron representantes del colectivo.
La tarde del mismo viernes, ahondaron, Ana Isabel fue a reclamar el cuerpo de su hijo a las instalaciones del Semefo, donde permaneció los últimos cuatro años sin identificar, “en el olvido institucional”, pese a que había una carpeta de investigación abierta.
“FUE LA PASADA ADMINISTRACIÓN”
Integrantes del colectivo señalaron que el 9 de mayo sostuvieron una reunión con autoridades de la fiscalía, con la participación de representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), para revisar avances en carpetas de investigación.
En la junta reprocharon que no solo Ángel fue olvidado en una gaveta del Semefo, también Ana Laura, quien pasó 10 años desaparecida, de los cuales ocho estuvo en el Médico Forense sin identificar. “Es una más que se sumó a la inmensa lista. ¿Cuánto más debemos resistir las familias para poder recibir una respuesta?”
Recordaron que las autoridades de la fiscalía se comprometieron a trabajar en el caso de Ángel y una semana después se logró su identificación. Aunque su osamenta fue hallada con otras en una fosa clandestina en una ranchería de Villa de Cos durante una búsqueda realizada por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Explicaron que, al cuestionamiento de la omisión en la identificación, la FGJE respondió que es resultado del “trabajo mal hecho” por la pasada administración de la dependencia y la Dirección General de Servicios Periciales (DGSP).
“Nos dijeron que no se integró el perfil genético de la madre a la carpeta de investigación, tampoco se hizo la confronta con los cuerpos resguardos y los localizados posteriormente”, expusieron.
La identificación tardía de Ángel, afirmaron, ocurre como “resultado del trabajo que ahora se realiza para corregir los errores cometidos y al compromiso con las madres y familias buscadoras”.
“¿QUIÉN RESPONDERÁ AL DOLOR?”
Ángel y sus amigos, Héctor Eduardo Quevedo Pinales, Ismael Pinales López y Octaviano Pinales Quiroz, desaparecieron el 6 de julio de 2019 afuera de la casa de uno de ellos en la cabecera municipal de Villas de Cos. Había llegado de un baile.
Desde ese lugar se los llevó gente armada a bordo de un vehículo, y no volvieron a saber de sus paraderos, relataron representantes del colectivo Buscadoras Zacatecas.
Fue hasta el 16 de mayo de 2025 que encontraron al joven. Por ello, dijeron estar “tan consternados por la identificación de nuestro pequeño Ángel, un niño de 14 años, quien debería estar estudiando y no dentro de una fosa clandestina.
“¿Quién responderá por estas omisiones? ¿Quién se responsabilizará del mal actuar de autoridades que ahora ya no están en fiscalía? ¿Quién responderá al dolor de una familia incompleta? ¿Quién en este dolor tan grande nos brindará las respuestas correctas?”, escribió el colectivo.
