COSÍO, AGUASCALIENTES. Un grupo de aproximadamente 30 jóvenes migrantes venezolanos quedó varado en los límites con Zacatecas, luego de que personal del Instituto Nacional de Migración (INM) los bajó del tren en el que viajaban con rumbo a la frontera, en busca del sueño americano.
Fue la tarde del lunes cuando a su paso por Cosío, el tren se detuvo unos minutos, los cuales fueron suficientes para que las autoridades de migración llegaran por ellos; sin embargo, los migrantes dijeron que la mayoría huyó y otro grupo llegó hasta la comunidad Soledad de Abajo, mejor conocida como Estación de Adames, donde los habitantes los apoyaron.
Los jóvenes, de entre 20 y 25 años, viajaban en la bestia en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. Algunos comentaron que llevan más de cuatro meses de travesía y otros cerca de dos meses.
Alejandro, de 24 años, aseveró que las autoridades de migración son su principal obstáculo en el viaje por México. Hay casos en los cuales los regresan hasta la frontera sur, donde tienen que comenzar de nueva cuenta su trayecto.
Relató que el lunes, antes de pasar por Cosío, cuando tomaban un breve descanso, el personal del INM llegó y los reunió con la excusa de que les iban a dar alimentos y agua, pero los agentes arribaron con camionetas, perros y drones.
Señaló que la mayoría del grupo de migrantes con los que viajaba se subió de nuevo al tren, luego del incidente con los agentes migratorios; pero él no logró irse y se trasladó hasta la comunidad Estación de Adames, donde se reunió con más jóvenes venezolanos a esperar el próximo convoy.
En tanto, Edgar señaló que a estas alturas del viaje el regresar o arrepentirse no es una opción, ya que por el sacrificio vale la pena seguir hasta el final.
Expuso que tanto la decisión de irse de su país como el viaje son de las cosas más difíciles en su vida, pero con la fe en dios lo logrará.
La amistad y compañerismo es esencial y vital para este viaje, afirmaron Luinner Aguiar, Franger González y Santiago López, quienes se conocen desde la infancia y ante las precarias condiciones de su país de origen, decidieron salir de sus hogares para buscar nuevas oportunidades.
Explicaron que eran cinco amigos, pero luego de lo ocurrido en Cosío perdieron el contacto con dos, aunque tienen la esperanza de que abordaron el tren.
Comentaron que en su infancia las condiciones de su país eran buenas, pero con el paso del tiempo la crisis económica los orilló a salir en busca de oportunidades de prosperar, acto que recalcaron no es fácil, pero el no estar solos los ayuda a sobrepasar el difícil viaje.
Vecinos se solidarizan
Yara y Maria Fernanda, habitantes de Estación de Adames, comentaron que llevan más de 15 años de apoyar a los migrantes con comida, techo y abrigo, y recalcaron que estas acciones las hacen de todo corazón.
Yara, fundadora del Grupo Humanitario Adames, informó que se creó ante la necesidad de apoyar a las personas que tienen que emigrar, las cuales, destacó, actualmente van en aumento.
Los vecinos, puntualizó, se unieron a este movimiento, por ello cada vez que pueden ofrecer techo, comida y ropa a más hermanos migrantes.
Informó que para mantenerse organizan periódicamente eventos públicos para recaudar fondos económicos, además, buscan entre los vecinos recolectar ropa y calzado para regalar a los viajeros.
Cuando hay casos como éste, en el que los migrantes tienen que esperar el tren de las 4 de la mañana, les ofrecen comida y un lugar temporal para pasar la noche.
Asimismo, expresó que cada vez se observan más a los jóvenes y familias enteras con niños que intentan llegar a Estados Unidos y por ello es vital mantener los apoyos. Las autoridades deberían tener más empatía y ser más sensibles con los migrantes, opinó.
Por último, informó que en los casos en los que los migrantes no pueden continuar su viaje por varios días, se les ofrecen empleos temporales entre los vecinos, en el campo y algunas obras de albañilería para que puedan reunir fondos mientras que retoman su camino.
Fotos: David Castañeda.