ZACATECAS. «¿Qué va a ser de nosotros? ¿Qué va a ser de nuestro mundo? ¿Hacia dónde vamos como humanidad? ¿Qué va a ser de nuestro México, de nuestro Estado, de nuestra ciudad, de nuestro pueblo, de nuestra familia?» fueron los cuestionamientos que planteó el Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, durante su homilía, luego de que este sábado el país se unió a la vigilia y luto nacional por las víctimas de Teuchitlán, Jalisco.
En su mensaje, sin mencionar abiertamente el caso de Teuchitlán, el prelado señaló que estas interrogantes surgen en un contexto donde «prevalece mucho la incertidumbre y prevalece mucho también la desconfianza», situación que, según expresó, requiere una respuesta basada en la esperanza.
El Obispo Noriega hizo referencia al reciente mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma, que invita a «caminar juntos en la esperanza», y explicó por qué este llamado es tan relevante en el momento actual: «¿Por qué tanto énfasis en la esperanza? Porque es lo que nos falta», afirmó.
«No sé cómo pueda reconstruirse esto, pero muy sabio el Santo Padre ha identificado ese es el faltante, esta es la ausencia, ese es el vacío. Y por eso la solución es la esperanza», añadió al referirse a la crisis de confianza que percibe en la sociedad.
Durante su reflexión sobre el Evangelio de la Transfiguración, el Obispo Noriega relacionó este pasaje bíblico con la necesidad de esperanza frente a la incertidumbre.
«La transfiguración del Señor viene a decirnos, mira, aquí culmina tu esperanza, estamos hechos para el resplandor, no estamos hechos para la incertidumbre, para la confusión, no estamos hechos para la desesperanza» mencionó.
El religioso describió tres lecciones derivadas del texto evangélico: no hay problema sin solución cuando hay fe y esperanza; la importancia de la oración como encuentro con Dios; y la necesidad de escuchar a Jesucristo en medio de «tantos ruidos» y «tantas voces».
Hacia el final de su homilía, el Obispo Noriega agradeció las muestras de solidaridad recibidas tras el fallecimiento de su hermana, vinculando esta experiencia personal con el tema de la esperanza cristiana en la vida eterna.