El olor a cempasúchil y el color de las flores adornaron los panteones para llenarlos de alegría y esperanza ante la llegada de quienes partieron de la vida terrenal, que cada año regresan al mundo de los vivos gracias a la ofrenda que sus familiares colocan.
Tal es el caso de la familia Duarte Hernández, que tiene muy presente la tradición del Día de Muertos y que cada 12 meses recuerdan a sus padres a ritmo del tamborazo, risas y algarabía.
A pesar de la distancia, cada 2 de noviembre viajan a la capital desde Tijuana, Baja California, para visitar a las cabezas de la familia, Luis Duarte y Antonia Hernández, quienes se adelantaron en el camino.
EL INICIO DE UNA TRADICIÓN
Alejandra Duarte Hernández, hija de Luis y Antonia, detalló que hace 38 años falleció su padre, quien radicaba en Tijuana, pero como última voluntad pidió ser sepultado en su natal Zacatecas.
Refirió que desde entonces su madre regresaba cada año a la capital para recordar a su esposo entre cervezas, botanas y música.
Sin embargo, continuó, a los años también ella falleció, aunque pidió ser sepultada junto a su marido, para acompañarlo por la eternidad.
Relató que este 2024 solo viajaron dos de los seis hijos para honrarlos y recordarlos “con esta alegría, pues eran muy fiesteros.
“Siempre queremos recordarlos así como eran, tomadores y alegres”, mencionó Alejandra.
Destacó que desde hace seis años el Tamborazo Zacatecano los acompaña en esta fiesta, por lo que a cada uno de los integrantes los consideran parte de la familia.
“Mientras dios nos preste vida y salud la distancia no importará para viajar hasta acá [Zacatecas] para recordar a mis papás”, concluyó.