PARÍS. Todo México se paralizó este viernes para apoyar al boxeador Marcos Alonso Verde Álvarez, en una final histórica para el deporte mexicano que dejó como resultado una medalla de plata para la delegación azteca.
Los puños del sinaloense llenaron de ilusión al país durante todo el combate en el que salió vencedor el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujaev, al dominar en los dos primeros rounds de la pelea.
Al son de “Mexicanos al grito de guerra”, Marco Verde junto a todo su equipo salió rumbo al ring olímpico para disputar la final de los 71 kilogramos, cargando en sus espaldas a toda una nación.
Durante su presentación, el mexicano salió en una mar de porras con los miles de mexicanos que abarrotaron el Estadio Suzanne-Lenglen en Roland Garros para apoyar con todo a Verde Álvarez.
Aunque las cosas no salieron como Marco imaginaba ya que en la estrategia el representante de Uzbekistan superó a un mexicano que con nerviosismo no pudo conectar la mayoría de sus golpes.
La falta de contundencia le costó caro a Marco, ya que en las tarjetas favorecieron en los dos primeros asaltos a Asadkhuja Muydinkhujaev, quien con un buen manejo de cadera esquivo los embates del mexicano.
Pero la valentía y espíritu azteca de Verde salieron a relucir en el último episodio, con un Marco lleno de furia que cerró con todo golpeando por todos lados a su rival generando un ambiente esperanzador porque llegará el oro a México.
Pero al sonar la campana ambos boxeadores se reunieron al centro del ring para escuchar la decisión de los jueces, dejando un silencio lleno de suspenso y en el que finalmente el puño de Muydinkhujaev brillo en lo más alto.
40 años sin final
Lo conseguido hoy por Marco quedará para siempre en la historia del boxeo mexicano, ya que desde hace 40 años la delegación mexicana no vivía una final en un escenario tan importante.
Por lo que la medalla de plata para Marco llega con sabor a oro puro al igualar lo conseguido por Héctor López Colín en Los Ángeles 1984, en donde también se llevó el segundo lugar pero en los 54 kilogramos.